A pesar de que el avión es el medio de transporte más seguro y eficaz, el sueño  de volar es para mucha gente una horrible pesadilla. Son incapaces de sacar  provecho de un viaje rápido y seguro en un avión o simplemente evitan tener que  subir a "encerrarme en una pesada caja de hierro que vuela". A pesar de que  muchos de aquellos que sienten auténtico pánico ante la sola idea de tener que  hacer un viaje en avión, no sienten el más mínimo temor a ir por una autopista a  180 Kilómetros por hora, o conducir con unas cuantas copas de más.
Pero  este razonamiento no les sirve de nada a los que tienen miedo a volar, ya que  los miedos no se curan con argumentos racionales. Como dijo alguien: "Cuando la  lógica y la imaginación entran en conflicto, la imaginación siempre  vence".
Pongamos un ejemplo: ¿cuántos de los que leen ésto son capaces de  poner una tabla en el suelo de 3 metros de largo por 30 centímetros de largo, y  andar por ella sin salirse ni caerse? Estoy seguro que la práctica totalidad de  los que me leen lo pueden hacer perfectamente, por ejemplo usted, estoy seguro  de que lo haría bien. Pues ahora compliquemos un "poco" el asunto, y coloquemos  esa tabla de 3 metros haciendo puente entre dos edificios de 20 pisos de altura,  pongamos unos 200 metros de altura, viéndose abajo un callejón (3 metros no dá  para mucho) con algún transeúnte, el cual se aprecia diminuto como una hormiga.  ¿Estaría usted dispuesto/a a repetir el experimento de caminar por la tabla sin  caerse?. Me apuesto a que la inmensa mayoría jamás intentaría pasar por una  experiencia semejante. Pero si lo razonamos, ¿por qué?. ¿No es la misma tabla  que no da problemas si está en un suelo?, si realmente, sólo hay que hacer lo  mismo que se hizo cuando estaba en el suelo; si lo razonamos, no debería nadie  de tener miedo. Pero resulta que cuando la dichosa tabla está a 200 metros de  altura, comienza nuestra imaginación a dispararse, a pensar en que nos vamos a  caer, es más, seguro que es lo que primero pensamos, que nos vamos a caer, y  seguramente visualizamos nítidamente la caída; nuestra mente empieza a  bombardearnos con pensamientos del tipo de: "que me caigo", "se me va el  equilibrio", etc. CUANDO LA RAZÓN Y LA IMAGINACIÓN ENTRAN EN CONFLICTO,  LA IMAGINACIÓN SIEMPRE GANA.
Los pensamientos y fantasías quedan  fuera de control, al igual que las reacciones corporales, y cada uno de ellos va  aumentando; el cerebro interpreta las señales como prueba concluyente de la  existencia de peligro, y los pensamientos de miedo refuerzan las reacciones  psicológicas. Hace 2.000 años, el filósofo griego Epicteto decía que "las cosas  por sí mismas no atemorizan a las personas, pero sí la idea que se hacen de  ellas".
Una cosa que puede parecer extraña a mucha gente, es que no hace  falta saber el origen de un miedo para deshacerse de él, aunque el conocerlo  siempre ayuda. El origen del miedo a viajar en avión puede ser debido a  diferentes causas, aunque todas ellas con un origen común: la imaginación. Hay  gente que cogen miedo a volar en avión, simplemente PENSANDO "me voy a meter en  una caja de metal, y ahí voy a estar encerrado a diez mil metros de altura, ¿y  si le fallan los motores?, ¿y si se rompe un ala con el viento?, ¿y si...?".  Otras personas han cogido miedo a volar en algún viaje aéreo en el que tuvieron  turbulencias, el avión se meneaba mucho, los cinturones de seguridad abrochados,  o inclusive algún aterrizaje de emergencia, etc., etc. cosas que hicieron darle  vueltas y más vueltas a pensamientos negativos en los que temíamos por nuestra  vida. También hay quien le coge miedo al avión por haber visto alguna película  catastrófica sobre el tema, o por haber visto fotografías en el periódico, o  imágenes por la televisión de accidentes aéreos, etc. (por cierto, que de  accidentes de coche también se ven e infinitamente más a menudo, y sin embargo,  muy escasos son los que le cogen miedo a ir en coche). ¿Le parecen a usted  familiares algunas de estas descripciones?. Podríamos enumerar muchos más  ejemplos, pero lo realmente importante es saber que EL MIEDO A VOLAR ES UNA  CUESTIÓN PURAMENTE MENTAL. Un pasajero que cuando el avión atraviesa una  turbulencia piensa que va a estrellarse experimenta una serie de cambios  fisiológicos como consecuencia de ese pensamiento: la respiración se hace más  rápida y profunda, el pulso se acelera y aumenta en más de 40 pulsaciones por  minuto; toda su musculatura se pone tensa y empieza a temblar, todo ello  acompañado de sudores, ¿por qué sucede ésto?.
La turbulencia interpretada  por el pasajero como un peligro, lleva a una disposición de alarma en todo el  cuerpo; su sistema nervioso vegetativo le hace permanecer en actitud de lucha o  huida, se segregan hormonas como la adrenalina. Pero el pasajero no puede luchar  contra las turbulencias ni escapar, no puede hacer nada; así pues, el pasajero  se ve afectado por una intranquilidad interna, que se verá reforzada por  pensamientos negativos "las alas se van a romper", "nos vamos a estrellar",  "esto se menea demasiado", etc., y estos pensamientos hacen que aumente más y  más la excitación. Realmente lo que ocurre es que la apreciación d ela realidad  en nuestro pensamiento está distorsionada por las experiencias. Una secuencia  seguida de experiencias negativas lleva a generalizar. La información  sensacionalista y aparatosa difundida por los medios de comunicación incita a la  fantasía a imaginarse lo peor: que te vas a estrellar y matar. Muchas personas  que tienen fobia al avión reconocen que su viva fantasía se desborda y proyecta  las peores escenas catastróficas que uno se pueda imaginar; estas fantasías  negativas se ven potenciadas con el hecho de que, cuando tomamos un avión, nos  vemos obligados a confiar nuestras vidas en personas desconocidas, o sea en el  piloto, así como en una técnica que no podemos desentrañar, y que a muchos les  parece un milagro.
Muchas personas gastan una gran energía en ocultar su  miedo tras una fachada de aparente impasibilidad, pero si se les observa más de  cerca se descubre, por ejemplo, que están leyendo el periódico del revés. Con  ésto se aumenta más el estrés.
Si nos dejamos llevar con frecuencia y  durante tiempo prolongado por el miedo a volar, existe el peligro de que el  asunto tome mayores proporciones, y que puede desarrollarse y conducirnos a  otras situaciones similares: miedo a hallarse en habitaciones cerradas y  estrechas, a los ascensores, a subir en telesilla, a pasar por túneles, etc. Por  ello hay que poner freno al miedo para asegurar el mantenimiento o la  recuperación de la calidad de vida. Si se consigue vencer el miedo a volar, esta  experiencia positiva puede ser la clave para acabar con otros miedos y  situaciones de estrés.
O sea, que o nosotros controlamos el miedo, o es  el miedo el que nos controlará a nosotros. Y uno de los grandes placeres que hay  es observar como hemos superado un temor, como somos más libres. Y el que  escribe ésto sabe bien por experiencia propia lo que quiere decir.
En  esta Web damos una valiosa información acerca del comportamiento real del avión,  describiendo las distintas situaciones por las que suele pasar un vuelo normal,  para un entendimiento lógico del mismo, lo cual afecta a nuestras creencias, y  sobre todo, veremos como lo más importante es el trabajo a nivel MENTAL, tenemos  que trabajar con nuestro subconsciente si queremos vernos libres del miedo a  volar; trabajar en el plano imaginario y plantar batalla en nuestra imaginación,  ya que es ahí donde se produce el miedo, y es ahí donde hay que  solucionarlo.
Y para trabajar en el nivel mental, facilitamos un método  COMPLETAMENTE PROBADO para eliminar el miedo a volar, un método para trabajar en  el nivel mental de forma efectiva.
Para más información, manda un Mail a luispardo@luispardo.com.

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